Por Guzmán Garmendia Pérez *
en su blog GuzmanGarmendia.com
el martes 18 de septiembre de 2012
Estos últimos días, después de ver, por ejemplo, el último programa de ‘Salvados‘, así como las entrevistas a los dos máximos representantes políticos de mi país, me he dado cuenta, por fin, que lo único que le falta al ‘Gobierno Abierto‘ es que lo nombren. Podría poner muchos más ejemplos, pero es duro observar que en todas y cada una de estas emisiones en masa se define perfectamente la materia e intenciones, pero no se nombra, y sí, me considero responsable. Muchas son las definiciones de ‘Gobierno Abierto‘, como la de mi genial amigo Álvaro Ramírez-Alujas en su artículo ‘Gobierno Abierto es la respuesta: ¿Cuál era la pregunta?‘, aunque mi impresión es que pocas son las personas que realmente lo conocen, y he aquí preocupación.
En cierta manera, ‘Gobierno Abierto’ me recuerda a los comienzos de Internet. Aquel maravilloso lustro que desembocó en el año 2000. Por aquel entonces, pocos conocían la red, y ésta se fue haciendo fuerte, hasta que hoy son más lo que no entienden la vida sin conexión que los contrarios. De la misma manera, hace más de 4 años, pocos, o ninguno, comprendían el microblogging. Hoy, estos mismos que aborrecieron ‘hablar de su vida’ en público inundan el ‘Timeline de los más pacientes, y Twitter se ha convertido en una nueva y rica fuente de información utilizada cada segundo por particulares, empresas y prensa, los mismos que la rechazaron en sus inicios.